Solo en Francia, el 14% del desperdicio de alimentos proviene de los minoristas de alimentos y sus fallas relacionadas con los productos dañados o con fechas de caducidad cortas.
La industria minorista se encuentra en un punto de inflexión y los distribuidores necesitan reinventar su modelo. Esta transformación pasa por el fortalecimiento de su estrategia antiresiduos. Debe convertirse en un compromiso. Y para eso, necesita un nivel C comprometido y convencido para liderar este cambio.
La industria minorista: una completa paradoja
Es una era de desafíos para los minoristas de alimentos, en la que los consumidores participan más que nunca en batallas ecológicas, pero se ven limitados por un presupuesto aún más ajustado: es el precio a cualquier precio.
Al mismo tiempo, los minoristas buscan un nuevo apalancamiento de las ganancias para ser competitivos y, al mismo tiempo, pierden dinero todos los días al no vender sus productos a corto plazo. ¡Qué paradoja!
Por un lado, el despertar de la conciencia ecológica de los consumidores y la necesidad de reducir los precios para los hogares de bajos ingresos. Por otro lado, las tiendas siguen tirando cantidades masivas de productos que podrían consumirse sin poner en peligro la salud, y muchas de ellas parecen ser incapaces humana y técnicamente de hacer frente a la gestión de productos anticuados.
¡Finalmente, terminan desperdiciando todo lo que ganan!
Philippe Brochard, antiguo director ejecutivo de Auchan France, ilustra perfectamente el desafío para los minoristas:
«Tienen que conciliar el poder de actuar y el poder adquisitivo.
¿Todavía tenemos la opción y el momento de no aceptar una transición, una evolución en nuestro patrón de consumo?»
Para que esta lucha sea un compromiso, los niveles C deben desempeñar un papel importante
Impulsar el cambio necesita un líder. Abordar el desperdicio de alimentos no es «solo una solución» que los responsables de la toma de decisiones colocan en las estanterías. Lo que deciden liderar es una implementación real del cambio. Es una transformación de las tiendas para las que se preparan. A través de su lucha contra el desperdicio de alimentos, pueden reinventar su modelo minorista. Y solo un nivel C, acompañado de un El Comité Ejecutivo, tan convencido como está, puede llevar a toda la empresa al éxito.
Puede haber resistencia al cambio. La adopción puede verse afectada por la falta de comunicación. Los empleados pueden reaccionar de manera diferente ante los proyectos de cambio. Por lo tanto, para transformar sus tiendas con confianza, los directivos tienen que insuflar este viento de cambio en la empresa y transmitir su determinación en este proyecto a todos los niveles, para inspirar a todos sus equipos y hacer que se unan.
Se requiere una figura de autoridad para gestionar este proyecto de transformación en toda la empresa. Si bien los relevos del equipo directivo son esenciales para llevar adelante la nueva visión, depende del El Comité Ejecutivo será el líder, estar dispuesto a cuestionar lo que ya existe y demostrar su compromiso.
Para impulsar el cambio, los directivos deben adoptar nuevos procesos y adoptar una nueva cultura empresarial

Ser un minorista comprometido pasa por nuevos procesos, integrado en todos los niveles de la organización y garantizando la armonización, la coherencia, la eficiencia operativa y una mayor participación de las personas. Los procesos y la tecnología son los catalizadores del cambio utilizados por las empresas que desempeñan un papel importante en la cadena de valor alimentaria.
Pero, de nuevo, debe empezar desde arriba para convencer a la gente de que este camino es la mejor manera de trabajar ahora.
¿Qué aportan los nuevos procesos de un líder?
Digitalizar la lucha contra el desperdicio de alimentos también significa crear una nueva cultura corporativa. Al mismo tiempo que reinventa la rutina de los empleados, la dirección proponiendo a sus equipos una redefinición global del gesto contra el despilfarro. Se trata de una transformación para el crecimiento sostenible que debe liderar el equipo directivo.
Perfeccionar los gestos contra el despilfarro consiste en capturar el valor y garantizar que se convierta en una parte positiva e integral de las rutinas de los empleados. Al fomentar una cultura de responsabilidad, la dirección del comercio minorista puede adoptar formas de trabajo nuevas y eficaces que aborden sin rodeos el desperdicio de alimentos.
En resumen, el nivel C es la clave para el éxito de una estrategia antiresiduos
Tomar la decisión de cambiar es un camino complejo, lleno de desafíos para los ejecutivos minoristas: ya hay demasiados proyectos que liderar, personas que se resisten al cambio, ningún proyecto de esta escala se ha emprendido antes...
Sin embargo, para cerrar la brecha del desperdicio de alimentos, es imperativo que este viento de cambio viene de la alta dirección. Es un Asignatura de alto nivel, ya que los impactos de dicha transformación afectan a todos los aspectos de la organización (visión, financiación, personas, métodos de trabajo...)
¿Por qué?
Minoristas de nivel C, ¿están listos para hablar más del tema con Smartway? ¡Póngase en contacto con uno de nuestros expertos!