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11 Jan 2022

El coste social del despilfarro de alimentos: una situación insoportable

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Qué paradoja, mientras 820 millones de personas sufren hambre crónica en todo el mundo, se desperdician millones de toneladas de alimentos.
Este artículo destaca las consecuencias sociales del desperdicio de alimentos, un tema que expusimos en
nuestro libro blanco «¿Cómo pueden los ejecutivos minoristas cerrar la brecha del desperdicio de alimentos?».
En este artículo, nos centramos en el impacto del desperdicio de alimentos en los seres humanos.

El costo del desperdicio de alimentos no solo lo paga la naturaleza, sino también las personas

Falta de acceso a los alimentos, incapacidad para hacer frente a la inflación alimentaria: según la FAO, alrededor de 820 millones de personas sufren hambre crónica en todo el mundo, mientras que 2 mil millones de personas sufren deficiencias de micronutrientes.

La cruel ironía es que, mientras millones de personas mueren de hambre, cada año se desperdicia una enorme cantidad de alimentos. De hecho, la pérdida y el desperdicio de alimentos, principalmente en los países desarrollados, representan una oportunidad perdida para alimentar a la creciente población mundial.

Esta coexistencia del desperdicio de alimentos, el hambre y la malnutrición en nuestro planeta es una de las mayores paradojas de nuestro tiempo.

La inseguridad alimentaria aumenta mientras desperdiciamos

A nivel europeo, según la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo, cada año hasta el 50% de los alimentos comestibles e inocuos se deprecia innecesariamente y se tira a la basura en hogares, supermercados y a lo largo de toda la cadena alimentaria.

La pérdida y el desperdicio de alimentos también tienen un impacto negativo en la seguridad y disponibilidad de los alimentos y contribuyen al aumento de los precios de los alimentos y a la especulación, lo que finalmente repercute en la economía.

Un problema alimentario que también acelera el fenómeno de la obesidad

En los países desarrollados, las personas se enfrentan a un problema muy diferente al de la inanición. Pero también se está convirtiendo en problema de salud. De hecho, ante el aumento de los precios, las personas tienen que ajustar sus hábitos alimenticios. Alimentos de menor calidad, azúcares añadidos, grasas y aceites... Este tipo de nutrición acelera el fenómeno de la obesidad.

¿Qué pasaría si, en cambio, desperdiciáramos menos y ofreciéramos alimentos feos pero nutritivos que normalmente se tiran a la basura?

¿Le gustaría obtener más información sobre el impacto del desperdicio de alimentos en el ámbito social?
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